Domingo 5 de agosto de 2001, INFORMACION GENERAL, CLARIN
TOCARON ANOCHE EN EL CHATEAU CARRERAS
A puro rock, los Redondos sacudieron a 38.000 fanáticos en Córdoba
La mítica banda tocó temas clásicos y también los de su último disco · Un joven de 31 años murió accidentalmente al caer a un foso desde la tribuna · Desde unos días antes hubo intensos controles policiales cerca de la ciudad
VAMOS LAS BANDAS. El Indio Solari disparó toda la mitología ricotera durante el concierto en el Chateau Carreras.
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Con un escenario encendido por luces naranjas y azules, y al ritmo de los cantos de las tribunas, el Indio Solari hizo su aparición con El pibe de los astilleros. Eran las siete y cuarto de la tarde y las bengalas y petardos se hacían sentir. "Hola, Córdoba", fue el discreto saludo del cantante. Y entonces la banda más exitosa y polémica de la Argentina comenzó a tocar. Los Redondos arrancaban así su esperado concierto en la ciudad de Córdoba.
Unos 38 mil adolescentes, jóvenes y no tanto, vibraron con Los Redonditos y se sacudieron poseídos con los 200 mil Watts de potencia que tenía el sonido. Y se sacudieron al ritmo del pogo viendo las imágenes que repartían dos pantallas gigantes desde el escenario. Y de paso hicieron trizas la veda que siguió a las presentaciones que el grupo hizo en River. Mirados desde el valle donde está el Chateau Carreras, los chicos y chicas parecían hormigas que no paraban de arribar al estadio donde se hizo el recital.
Aunque no hubo incidentes de importancia con la Policía —en comparación con otros recitales de la banda—, hubo un episodio trágico. Durante el concierto, un joven de 31 años, que había llegado desde Santa Fe, murió como consecuencia de una caída a un foso desde una tribuna.
Durante el concierto, Solari se molestó con algunos chicos que le arrojaban cosas desde el campo. "Esto no es Los Violadores", dijo, en referencia a otro grupo de rock. Más encontronazos: según denunciaron en el canal América, personal de seguridad del estadio mantuvo una discusión con sus enviados y durante las fricciones les rompieron una cámara de TV.
El mito ricotero de arrancar unos días antes, acampar cerca del lugar del recital, la fiesta y mucho alcohol se instaló desde el miércoles. Muchos estacionaron en el parque San Martín, frente al estadio, pero otros eligieron las sierras: Carlos Paz, Cuesta Blanca o Capilla del Monte. "Acá hay mucha yuta", dijo un flaco con dientes de conejo que viajó desde Avellaneda y que hizo el aguante en Cuesta Blanca.
La policía mantuvo una respetable distancia, pero sus móviles y efectivos se veían desde todos los ángulos. Los controles ruteros fueron muchos. De hecho, los 2.500 efectivos que tomaron parte duplicaron a los que que se usan para los clásicos entre Belgrano y Talleres.
El color cordobés entró por los sentidos. Abundaron los choripanes y el Fernet con Cola. Obviamente no faltó cerveza y los Tetra de vino. El grito de guerra y de pertenencia, el "Vaaamos los redondos", se hizo oir desde las veredas y los micros que se acercaban a la fiesta.
Los chicos calzaban remeras negras estampadas con figuras del Indio Solari, el Che Guevara o Maradona. O con la tradicional inscripción de "Oktubre". Con el sol todavía sobre sus cabezas, los barrios y las ciudades donde vive la tribu ricotera impregnaron una zona de Córdoba habitada por gente adinerada.
Todo era contraste. Villa de Mayo y Barrio Sarmiento, en San Miguel; José C.Paz; Gonzalez Catán; Berazategui, todos del Gran Buenos Aires; el barrio Sep (Córdoba); Rosario; Paraná y hasta Montevideo. Una lista interminable de orígenes posibles para los fans.
Alejandro (tatu), de Quilmes, bajaba como loco en su silla de ruedas empujada por una rubia. "Aguanten los Redondos. No me pierdo uno..." gritó y siguió, como loco. Dos parejas del Bajo Flores, con todo el atuendo de rigor, venían al segundo recital de su vida con la banda. Antes habían estado en el de Uruguay.
Los Redondos tocaron de siempre y, también, como era obvio, los nuevos temas de Momo Sampler, su trabajo número 11. La lista es grande. Un ángel para tu soledad, Morta punto com, Pool, averna y papusa. Pero también los clásicos Vamos las bandas, Mi perro dinamita y Ñam fri fru fri.. Hubo lugar para La murga de los renegados, Queso ruso y Murga purga.
Hubo otra murga, la de la virgencita. Y más: Juguetes perdidos, Preso en mi ciudad, Tarea fina, Nuestro amo juega al esclavo, Nueva Roma y Ji ji ji. Todo al palo, sin respiros, bien al estilo Redondos.